La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan.
El compromiso por mantener el medio ambiente es una necesidad que debe nacer dentro de cada una de las personas. Sólo los individuos que han aceptado su responsabilidad personal y compromiso con el ambiente pueden permear a otras para que también inicien su camino y sean personas comprometidas con esta casa común que nos dió nuestro Padre.
La cadena de responsabilidad plantea un camino a seguir para conseguir cambios trascendentales en el mundo, sembrando primero una semilla en las personas que, a conciencia deben entender que todo lo que hacen tiene un impacto significativo en el medio ambiente, y por lo tanto son responsables de este impacto. Sólo cuando una persona entiende esta realidad, se realiza un examen concienzudo de que es lo que está haciendo, logrará Responsabilidad Ambiental.
En el primer paso de la Cadena, se quiere adquirir La Conciencia Personal en los Sacerdotes, Líderes y Catequistas. En otras palabras, que cada uno sea sea Responsable. Esta responsabilidad va desde desde las decisiones de usar o no un recurso hasta su correcta disposición final. Así, serán líderes formados que se preocuparán hasta a donde será depositado un residuo, garantizando su correcto proceso para mitigar el impacto ambiental.
En el segundo paso, se plantea la responsabilidad de los líderes de cada una de las organizaciones como comunicadores y formadores, se busca que ellos sean los que difundan el mensaje a su metro cuadrado: Familia, Grupos Parroquiales. En esta etapa el líder debe tener la madurez para estar "predicando con el ejemplo", corrigiendo malos hábitos y proponiendo soluciones a problemas comunes como compras sostenibles y cuidado del consumo en el hogar.
Como tercer eslabón de la cadena encontramos a la Comunidad. Ahora los Sacerdotes, Líderes, Familias y Grupos parroquiales no solo deben trabajar internamente el llamado del "Laudato Si", este es el momento de salir a multiplicar el mensaje, a buscar soluciones en conjunto con la comunidad para afrontar problemas ambientales comunes. Este es el momento en que la Iglesia viva se hace presente liderando temas de Gases de Efecto Invernadero, Valorización de Residuos, Limpieza de Cuencas, Reducción de Consumo y más.
Por último, la Iglesia ha sido llamada a hacer pequeños cambios, que van desde el individuo para tener un impacto positivo en el mundo, para al fin lograr cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad.
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